La palabra «criollo» viene del portugués crioulo, que significa «negro nacido en las colonias» y cuya etimología latina, criare, quiere decir «alimentar» o «crecer». Por lo tanto, hace referencia al origen de cualquier persona africana, europea o mestiza que haya nacido y crecido en las colonias. El sentido de la palabra fue ampliándose poco a poco y, hoy en día, también nos referirnos a ella como a una lengua.
Las lenguas criollas son nuevos idiomas formados a partir de una o varias bases lingüísticas. Nacieron en los siglos XVI y XVII como resultado de la expansión europea en el Nuevo Mundo. Las primeras lenguas criollas surgieron probablemente en las plantaciones en las que trabajaban los esclavos, que mezclaban lenguas europeas, africanas y amerindias. En general, su gramática se basa en la africana, mientras que su léxico se parece más al europeo. Se trata de lenguas orales y, aunque existan diccionarios para algunas de ellas, muy pocas son escritas.
Un estudio realizado en 1977 por Ian Hancock, doctor en Lingüística de la Universidad de Texas, registró un total de 127 lenguas criollas diferentes en todo el mundo y los clasificó en función de su base lingüística. Aquellas con una base inglesa son las más numerosas (35 países), seguidas por aquellas con base africana (21 países), francesa (15 países) y portuguesa (14 países).
Están repartidas por todo el mundo, excepto en Europa. De hecho, en nuestro continente hay un único lugar en el que se habla una lengua criolla: Gibraltar. Allí encontramos el yanito, también conocido como spanglish, que es una mezcla de inglés y de español. Por otro lado, el mayor número de hablantes de una lengua criolla se encuentra en las Antillas. Lo cierto es que los lingüistas especializados en lenguas criollas han detectado que se trata, generalmente, de lenguas insulares, pero no conocen con certeza las razones de este fenómeno.
No obstante, estas lenguas son oficiales en muy pocos países. Por ejemplo, en Haití o incluso en las Seychelles, donde el inglés, el francés y el criollo son lenguas cooficiales.
¡Hasta pronto! O, como diríamos en Guadalupe, ¡a dan on dot soley!